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Mayor Luis Páez: Casi cinco décadas al servicio de la comunidad

By diciembre 5, 2016 No Comments

El mayor Luis Modesto Páez  Montalvo, quien ostenta el cargo de jefe de la cuarta brigada del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, es uno de los miembros más antiguos de la institución. Contó que hace 11 años está encargado como titular de la brigada, la misma que tiene jurisdicción de gran parte del suburbio de Guayaquil.

Sus recuerdos de los cientos de incendios a los que ha acudido a lo largo de 47 años de servicio en la institución, están casi intactos. Sus memorias se remontan a tragedias como el incendio en el depósito de combustible de Shell Gas, ocurrido el 10 de marzo de 1976 en la ciudadela 9 de Octubre, el cual dejó como resultado aproximadamente 30 heridos.

Cuenta que para llegar a los primeros incendios se movilizó en su bicicleta, “iba a todas las emergencias en las zonas aledañas de mi domicilio, luego me compré una moto. Siempre he tratado de estar presentes en casi todos los incendios”, cuenta con mucho orgullo.

Su padre José Tomás Páez Ortega fue subteniente, lo que constituyó un pilar fundamental en su compromiso con la institución. Indica que antes auxiliar en una emergencia era realmente complicado, “los incendios eran dantescos, el fuego consumía decenas de manzanas. Recuerdo que observaba de lejos a mi papá en los incendios hasta cuando tuve la edad propicia para ingresar a los bomberos e ir a las emergencias”, afirmó el mayor Páez.

Recalca que el voluntariado requiere de mucha disciplina, pero sobre todo deseo de ayudar. Esa vocación nunca se esfumó a pesar de las adversidades que se presentaban en cada emergencia.

Tiene 6 hijos; 4 mujeres y dos varones. Precisamente el menor de ellos, Javier Páez (29), nació el 10 de octubre, fecha que se conmemora el Día del Bombero Ecuatoriano. “Es una coincidencia que nos causa mucha gracia y al mismo tiempo orgullo porque celebro mi día como bombero”, señaló.

El voluntariado lo lleva en la sangre. Para el mayor Páez la actividad bomberil como servicio voluntario, radica en mantener la disciplina, “parte de ser bombero voluntario es cumplir con la institución y estudiar cada día, estar atento a los cursos que se dictan en la academia, ya que la química del fuego avanza”, indicó.

Está convencido que hay que cultivar el voluntariado y que no puede decrecer ese valor en la nueva generación. “Debemos continuar con nuestro legado en los más jóvenes. Servir sin pedir nada a cambio es una gran virtud”, expresó.

Abnegación y disciplina